Por: Dacil Suárez
Justo a mitad del desfile en conmemoración por el 112 aniversario de Revolución mexicana, la banda de guerra dejó de tocar y en el silencio se comenzaron a escuchar los silbatos tan característicos que anunciaban la llegada de los ferrocarriles. Las personas que se encontraban en las calles como público los acompañaron gritando alegres desde sus lugares, junto con gritos de los guerrilleros que acudían al centro de la plaza de la Constitución.
El día estaba algo nublado, pero la cantidad de personas que acudieron al zócalo de la ciudad de México, permaneció intacta. Cientos de mexicanos se encontraban desde las orillas de las vías públicas observando los diferentes carros alegóricos que iban circulando en el desfile. El presidente Andrés Manuel López Obrador y demás público se encontraba al frente de la Plaza donde la representación se veía al frente y al centro.
A un costado del Zócalo de la ciudad de México estaban colocadas unas vías, donde al extremo de estas, comenzó a avanzar un fragmento de ferrocarril. Una de las guerrilleras se encontraba sentada en la trompa del ferrocarril, encabezando el recorrido con su rifle en mano y sus cartuchos en su pecho. El humo salía del frente creando una hilera de pequeñas nubes grises que se iban dispersando mientras este avanzaba.
Los guerrilleros acudían ya sea a pie o montando a caballo con sus rifles apuntando al cielo. Todos se reunían en el centro del Zócalo con la alegría y entusiasmo que caracteriza a los mexicanos. A la par, las guerrilleras llegaban de igual manera haciendo girar sus rebozos en el aire mientras movían sus faldas llenas de color y estampados. De igual manera un bloque de bailarinas de folclore iban rodeando el lugar moviendo sus faldas y representando bailes típicos.
Se podían distinguir frases como “Ahí te van las hojas, mándame los tamales” que estaban escritas en mantas que sostenían los guerrilleros. Carteles de libertad se alzaban entre los demás, y representaban la lucha que estas personas hicieron en la revolución y el papel tan grande que desempeñaron.
Se escuchaban gritos victoriosos por parte de cada uno de los personajes que alentaban al público a formar parte de esta celebración. Cuando de pronto la música dejó de sonar para anunciar con tres trompetazos la llegada del mariachi y ballet folclórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, acompañados de caballos que marcaban su recorrido de manera entrenada.
El ferrocarril se detuvo al llegar al final del recorrido marcado por las vías, dejando toda atención para el espectáculo que se estaba desarrollando. Mientras el mariachi cantaba a todo pulmón, dos caballos realizaban un recorrido hacia el centro de la plaza haciendo trucos mientras el ballet folclórico llevaba a cabo su interpretación. La bailarina principal que se encontraba acompañada por ambos caballos y vestía un traje regional a blanco y negro mientras que sus compañeros llevaban uno a tonos cafés.
Era impresionante ver que a pesar de la gran distancia que había entre cada una de las bailarinas, todas conservaban una sincronización espectacular. Todas bailaban a un mismo son mientras la música animaba no sólo a ellas sino también a todo el público.
Una interpretación donde habían tantos elementos para ver, que uno no sabía a cuál prestar atención. Entre los guerrilleros del ferrocarril, las bailarinas, el mariachi y los caballos entrenados, sin duda fue de los momentos más bonitos del desfile. El movimiento de las faldas de colores por toda la plaza agregaban color y el efecto de ser flores danzantes viéndolas desde lo lejos.
La letra de las canciones iba relatando la historia de la revolución mexicana, mencionando detalles y a personajes importantes como Francisco Villa. Cantaban junto con las trompetas y violines “!¡Viva México! ¡Viva América! Suelo bendito de Dios”. Fue con esta última canción que se despidieron y cerraron su participación en el desfile, saliendo por los laterales y saludando con el mismo entusiasmo con el que iniciaron.
Pero su salida no fue en silencio, pues apenas y estaban abandonando la plaza comenzó a sonar la melodía “Que linda es mi tierra” interpretada por la banda y coro de Secretaría de la Defensa Nacional. Los clarinetes y trompetas resaltan entre los demás instrumentos y el sonar de los platillos generaba entusiasmo cada que chocaban. Gritos mexicanos y chiflidos acompañaban esta canción haciéndola cada vez más vigorosa.
Poco tardó en comenzar a escucharse al coro cantar, pero sin duda la banda se llevaba toda la atención y gran parte del sonido. Más de 50 músicos siendo dirigidos por el director que se encontraba al centro y perfectamente sincronizados.
Siempre es muy emocionante ver cada año el desfile en conmemoración de la Revolución mexicana. Un evento lleno de color y tradición, donde se presentan espectáculos, bailes y los famosos carros alegóricos que hacen referencia a los momentos más significativos de la historia de México. Las personas esperan junto a sus familias en las calles, esperando ver cada uno de los bloques del desfile y formar parte de esta bonita celebración.
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