Terreno de juego
La final sosa
Jesús Díaz Marcelo
A mi generación le ha tocado uno de los peores momentos del futbol mexicano en los cuales
hemos visto muchas cosas que como aficionados al balompié no nos agrada nada el observar
como la venta de franquicias, pagar por no descender, pedir dinero para debutar jóvenes etc.
pero también nos han tocado cosas buenas como grandes partidos e incluso grandes finales.
Unas de las más recordadas son el Pumas vs Tigres del 2015, América vs Cruz Azul del 2012,
el clásico regiomontano Tigres vs Monterrey y las dos últimas finales del bicampeonato del
Atlas, solo por mencionar algunas.
Esta ocasión tendremos que aguantar una final no muy querida por el hincha mexicano ya que
dos de los equipos que tienen mucha historia dentro de la Liga MX y han dado grandes
jugadores pero no tiene casi afición. Los equipos de Toluca y Pachuca no tienen la convocatoria
que ya estábamos acostumbrados que tuviera la final de nuestro fútbol. Para algunos este
partido es aburrido y no tendrá la emoción que las anteriores finales tuvieron. Lamentablemente
no estaban equivocados, el primer juego fue un desastre y de esto se dan cuenta muchos de los
críticos y le aumentan una raya más al tigre a quienes piensan que no hay nivel en esta liga.
Vi que las semifinales de Toluca y América fue un juego de ajedrez entre los dos equipos y ganó
el que supo hacer las cosas inteligentemente ¿o no?. Tal vez solo fue la suerte de los defensas
de los diablos y esos 5 centímetros que pusieron en fuera de lugar a Henry Martín fueron obra
de Dios para que los anti americanistas (así como llama el americanismo a cualquier aficionado
de otro equipo) estuvieran felices y las águilas no estén en la final.
Al parecer la única semifinal que tenía información de lo que sería esta “gran final” fué la que se
vivió en el estadio BBVA. Los goles que le metieron al Monterrey solo eran el adelanto de los
que le clavarían al Toluca. Nadie pensaba que los protagonistas de la definición del título serían
totalmente diferentes a los favoritos de par de jornadas antes de que acabara la temporada
regular. La definición de esta temporada sería entre los equipos “papita” de los grandes
monstruos y los grandes favoritos. Las quinielas se rompieron y muchos apostadores están
llorando por que perdieron la predicción.
En la jornada 15 muchos ya daban por hecho el encuentro entre América y Monterrey y que se
jugaría este domingo 30 de noviembre en el Estadio Azteca. La realidad es otra y ahora se
jugará en el Estadio Hidalgo. Claro que esto no le gusta nada a ninguno de los aficionados ya
que muchos critican que será un encuentro aburrido, sin pasión, sin color, sin llenos totales y
sobre todo sin equipos que prendan a la gente. Esto a los patrocinadores no les conviene pero
yo como aficionado que ve por el bien del fútbol y por la sana competencia agradezco que esta
vez no se sospeche que metieron mano para su propio beneficio.
Es impresionante que una empresa que solo le invierte al fútbol y que de eso sostiene esté en
una final y que le den el ejemplo a las televisoras, refresqueras, cementeras, empresas de
aceros y de bancos que lo que no cuenta son los billetazos y ser inteligente para que tus
jugadores jueguen bien al balón. Por el otro lado de la moneda es triste que el fútbol que
muestran los rojos queda a deber y que jugando una final la quieran ganar metiéndose atrás.
La fórmula debe ser otro que contra los cremas.
Es cierto que esta final no podrá disfrutarse como las interiores y que estábamos acostumbrados
a ver equipos con plantillas caras y con mayor convocatoria de afición en el país. También es
cierto que ahora ninguno de los dos equipos tiene equipos rivales que quieran su derrota, no hay
morbo en este encuentro y a las personas en el sur, norte y parte del centro de país no tendrán
emoción en los 180 minutos. Esperemos quela final de vuelta nos sorprenda y que el 5-1 se
pueda emparejar que que Toluca nos regales uno de los regresos más épicos pero a mi parecer
será una final sosa.
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